domingo, 30 de enero de 2011

La "i" minúscula

Llevamos tres largos años mareando la perdiz de la crisis económica. Después de tanto tiempo, las cifras deberían haber empezado ya a mejorar, pero esto no está ocurriendo.

¿Por qué? nos preguntamos todos. La mayoría tiene claro que el único motivo es la incompetencia del gobierno. Muchos, por la desfachatez del mercado, que obligó a los gobiernos a endeudarse fuertemente para salvar el sistema financiero, y ahora el propio sistema especula precisamente por este alto endeudamiento. Más de uno cree que es la Ira de Dios. Y siempre podremos encontrar gente que defienda los argumentos más locos.

Aparte de considerar que casi todos tienen su parte de razón, y el motivo sería una suma de casi todos ellos (no creo que Dios se meta en asuntos financieros) existen otros motivos para que la recuperación en países como España vaya todo más lento.

La mayor parte del crecimiento económico español de las últimas décadas, han venido de la mano de la construcción y del turismo. Poca industria, poca producción. Mucho servicio y poco bien. Poco progreso real. Teníamos un modo de crecer que garantizaba números rápidos, pero poco estables. Y eso lo estamos pagando.

¿Y por qué tan poca industria? Para entenderlo, hay que retroceder en el tiempo muchos años. Casi treinta. Cuando Felipe González llegó al poder. Se encontró con una industria vetusta, que arrastraba muchos problemas, con un sistema de producción tan anticuado que no era competitivo. Las grandes industrias españolas arrastraban grandes pérdidas y había un riesgo real de colapso. Para evitarlo, realizó una reconversión industrial que fue dura, dolorosa, que dejó a miles de personas sin trabajo. Pero era necesario hacerla.

Una parte de esa reconversión fue la creación de un plan de Investigación y Desarrollo (I+D). Era necesario invertir en investigación para poder tener tecnologías propias. Y era necesario poder convertir esas tecnologías en productos con los que poder competir en un mercado cada vez más competitivo y globalizado.

Esa reconversión a la larga fue beneficiosa, ya que permitió al país remontar y empezar a crecer a un ritmo importante, ayudado también por el dinero que llegaba desde la Unión Europea a la que acabábamos de llegar. El aumento de los presupuestos de I+D tuvo una labor importante en esa remontada.

Tras catorce años en el poder, llegó el cambio de Gobierno. Corría el año 1996 cuando José María Aznar llegó al poder. El cambio se produjo al final de una crisis. El nuevo gobierno, para acelerar el crecimiento, optó por varios cambios en el esquema productivo nacional. Se dio mucho peso al mercado inmobiliario, que estaba poco desarrollado en España y daba mucho margen de mejora, se potenció el turismo más de lo que estaba ya, y se produjeron cambios en la I+D.

Se dejó de hablar de I+D, para pasar al I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación). La innovación tiene muy poco que ver con la I+D, ya que poca investigación requiere, y los resultados parecen novedosos, pero realmente no lo son. Es, como diría Homer Simpson, “coger algo que ya funciona y añadirle un reloj o algo así”.

El motivo de añadir la “i” minúscula es la necesidad de maquillar cifras. Se amplían los presupuestos, parece que vamos progresando, pero realmente poco nuevo hay bajo el sol. Es útil para conseguir buenos resultados a corto plazo, pero a largo… la cosa se tambalea.

Llega el año 2004, y se produce otro cambio de gobierno. Entra José Luis Rodríguez Zapatero, que se encuentra con una economía en franco crecimiento, pero muy desequilibrada. Seguramente sabe que ese desequilibrio a la larga creará problemas, sería necesaria otra reconversión profunda para conseguir un crecimiento menor, pero más seguro.

Tuvo tres años para arreglar las cosas antes de que estallase la crisis. Pero (ya sea por miedo, por mantener su eterno talante o porque la reducción drástica del crecimiento nada más llegar al poder le parecería ser un inútil) no hizo nada.

Si Aznar no hubiera creado un modelo económico de resultados rápidos pero poco sólidos, o si Zapatero hubiera hecho su trabajo cuando podía hacerlo, y no cuando ya es demasiado tarde, la crisis habría llegado y habría sido igual de dura, pero al menos, saldríamos antes de ella.



Pedraz: un Juez que cumple con su trabajo

Hace ya ocho años que termino esa guerra en la que nunca debimos vernos involucrados, pero a la que, gracias a los delirios de tres Presidentes, acudimos. En toda guerra se producen bajas, en todo conflicto armado mueren inocentes, es ley ¿de vida? más bien de guerra.
Nunca he entendido - me niego hacerlo ya que para mi es un sinsentido enorme – lo del fuego amigo. ¿Amigo de quien? de nadie.

En toda guerra hay desplazados periodistas que nos mantienen informados de lo que allí ocurre, es la única manera de sacar algo en claro, de saber que pasa y porque pasa. Y siempre hay alguno que pierde la vida en el ejercicio de su profesión. O bien porque van empotrados, caso de Anguita en el conflicto de Iraq, y los mata el fuego enemigo (repito que para mi no hay fuego amigo, todo fuego es enemigo de la vida) o bien porque nos dicen que el fuego amigo erró el tiro, caso del cámara José Couso.

La muerte de Couso levantó polvareda desde el mismo momento en que se produjo, desde el mismo instante que vimos a su compañero, Jon Sistiaga, explicar como habían acontecido los hechos. Su familia, su compañero, sus amigos no han cesado en el empeño de esclarecer las causas de esa muerte. Muerte que se produce cuando las fuerzas americanas entran en Bagdad, como elefante en cacharrería, y disparan contra el hotel Palestina, lugar donde se hallaba toda la prensa internacional, pensando –dicen y se supone debemos creerles, que lo hagamos o no es otra historia que va a conciencia de cada uno – que eran francotiradores.

A finales de noviembre, el País a través de los documentos de la Wikileaks nos demuestra como EE.UU. juntamente con el gobierno español trabajaban para poder cerrar el caso Couso.
Pero este es un país que a veces tiene golpes escondidos y jueces que saben estar a la altura de las circunstancias, por mucho que después paguen caro el hacer bien su trabajo e involucrarse en él, ¿recordamos a Garzón y sus circunstancias?, más vale que lo hagamos ya que hay otro juez, de la Audiencia Nacional, que puede convertirse en un “juez incómodo” y no es otro que Santiago Pedraz, sucesor de Garzón.

El magistrado se ha dado cuenta que desde su sillón de la audiencia Nacional es casi imposible esclarecer los hechos, no puede ver si la muerte de Couso fue un asesinato en toda regla o solo fue un error. Pedraz se mueve, levanta el culo del mullido sillón de su despacho y se va a Bagdad, a la habitación donde el cámara perdió la vida, al puente desde donde le dispararon. Y todo ello a pesar de los inconvenientes que va encontrándose por el camino.

La fiscalía no lo entiende –que coño va a entender la fiscalía, si fue ella quien intentó esconder el problema bajo la alfombra – y dice que ve Ilegal que el Juez se desplace a Bagdad. A pesar de que el gobierno de Iraq autorizó formalmente la visita del Juez para investigar la muerte de Couso, una vez allí se encontró con la desagradable situación de que el ejercito iraquí le dificultaba poder realizar su trabajo, cuando han llegado al puente Aljumiraya, le han impedido llegar al punto exacto desde el que se produjeron los disparos al hotel Palestina, el juez ha tenido que quedarse 20 metros antes del punto exacto y sacar desde allí las fotos que necesitaba para su investigación.

Pedraz es un juez con un par, los tiene bien puestos, le da lo mismo que la fiscalía diga que no es legal, le importa poco que la fiscalía decida no desplazarse a Bagdad con él. Sabe que va a territorio peligroso, que las cosas no serán fáciles allí, pero también sabe que hace ocho años eran aun peores y que los profesionales de la comunicación que ahora le acompañan estaban allí para dar puntual cuenta de lo que ocurría en una guerra en la que nunca deberíamos haber estado.

Igual no puede hacer nada, no puede procesar a los militares que acabaron con la vida del joven cámara, igual tiene que archivar el caso por falta de pruebas, de medios o de vaya usted a saber que. Pero si algo de eso ocurre nadie podrá decir que ha sido por falta de ganas de saber la verdad, que ha sido porque una vez más el juez ha pasado de todo. Esta vez no, esta vez el Juez ha dado un ejemplo que sus ilustres colegas deberían seguir, claro que eso le ha convertido en otro juez en el punto de mira, como ocurrió con su colega y predecesor Baltasar Garzón


domingo, 23 de enero de 2011

Okupas y propiedad privada

La Constitución Española reconoce, entre otros muchos, el derecho a la propiedad privada y el derecho a una vivienda digna. El problema surge cuando ambos derechos llegan a ser incompatibles, como ocurre para miles de personas en una sociedad en crisis y con el precio de la vivienda inasumible, incluso en alquiler.

Y es que no debería ser normal que en nuestro país haya casi tres millones de viviendas desocupadas, mientras tanta gente queda abocada a vivir en al calle, o hacinados en pisos que no pueden ni garantizar el espacio vital de sus ocupantes. No debería ser normal, pero lo es.

La solución que toman algunos parece lógica: ya que hay pisos vacíos, me meto en uno, y aguanto allí hasta que me echen. Y después ya veremos.

Cuando ocurre con ciudadanos particulares, pocos se enteran de la situación: como mucho, los vecinos, que lo aceptarán o no dependiendo de lo buenos vecinos que san. Después, llega la policía, los echa, y aquí no ha pasado nada.

Otra cuestión es cuando la ocupación se realiza por cuestiones políticas o sociales. Entonces ya cambia hasta el nombre, pasando a ser okupación. Suele ser realizada por jóvenes de izquierdas, llamados antisistema (sistema y antisistema son dos hermosas palabras que merecen un análisis independiente). Es normal, ya que los okupas tienen la convicción de que el derecho a la vivienda digna o al desarrollo de las personas están por encima de la propiedad privada.

Digo desarrollo de las personas, porque una de las vertientes de la ocupación es la toma de edificios públicos o privados abandonados, de gran tamaño, para usarlos como centro cultural autogestionado, como protesta ante la falta de espacios lúdicos en muchas zonas de las grandes ciudades.

Eso mismo ocurrió en Zaragoza, donde unos centenares de okupas decidieron tomar la antigua cárcel de Torrero, montando allí un centro cultural. Los vecinos, que habían reclamado darle precisamente ese uso al edificio, no pusieron objeciones, se mostraban encantados con la decisión tomada por los jóvenes. Y como centro cultural para el barro funcionó durante unos meses.

Pero, por supuesto, el Ayuntamiento quiere mantener el control de un edificio con alto valor histórico y arquitectónico, aunque no le de ningún uso y deje que se deteriore. Manda a la policía a desalojar el edificio, de madrugada, para que los vecinos no puedan protestar. Porque los vecinos quieren que se queden ahí.

Mirándolo bien, la situación tiene su punto tragicómico. La policía atacando una cárcel, para intentar sacar a unos jóvenes delincuentes de ella. Y estos jóvenes que se resisten, porque no quieren salir de la cárcel.

Esto ocurrió en Zaragoza hace unos días, pero ocurre todos los días en cualquier punto del país. Y es que es más importante la propiedad de algo que no vas a utilizar, que dar un buen uso a un edificio que su dueño no quiere utilizar.

Maravillas de la sociedad.



miércoles, 19 de enero de 2011

HABEMUS BEATO

Ya dije en su día que soy atea, me reafirmo en ello cada día que pasa. Me educaron en la que se supone es la panacea de todas las religiones, la católica. Las demás son radicales, son demasiado exaltadas. O eso nos venden, porque si analizamos al dedillo la católica vemos que a veces puede ser más radical que ninguna y en cuanto a soplapolleces se lleva la palma. Y digo todo eso sin ánimo de molestar a ningún creyente y si en lo escrito anteriormente o lo que pueda escribir a continuación molesto alguna sensibilidad, pido mil perdones.

Hace unos días leo sin poco asombro que en breve, allá por mayo, tendremos un nuevo beato. Y con carrera meteórica, oiga usted, que solo seis años después de su muerte, ya lo consigue. Y es que según cuentan el bueno de Juan Pablo II – si, él es el nuevo beato – consiguió curar de párkinson a una monja. No cuento la cara que se me quedó cuando lo leí, pero os podéis dar a la idea.
El caso es que días después oigo a la propia monja, Sor Marie Simon Pierre, explicar los hechos:
Según cuenta Sor Marie, después de muerto Juan Pablo II, su congregación empezó a dirigir sus oraciones a él para que la curara, nada más lejos de la realidad, su enfermedad se agravó y ella anunció que tenia que dejar de trabajar – lo hacía en una maternidad de Aix en Provence – Su superiora le pide entonces que escriba el nombre del difunto en un papel, pero ella es incapaz de hacerlo debido a su enfermedad, pero ella es tenaz y esa misma noche lo intenta de nuevo y consigue escribir unas palabras legibles y a la mañana siguiente los síntomas del párkinson habían desaparecido.

Los médicos la consideran curada de forma "inexplicable para la ciencia", lo que permite que la iglesia acepte que hubo una intercesión milagrosa de Juan Pablo II.
El milagro sufrió un parón en el mes de marzo del pasado 2010, cuando de los médicos externos consultados por el dicasterio sostuvo que no estaba suficientemente documentado. Lo que no entiendo es que luego si lo estuviera, vamos para mi sigue siendo un expediente X.

Si ese es el milagro que lo encumbra a los altares, si eso es cierto que coño hacen tantos enfermos de párkinson que no empiezan a creer ciegamente en el difunto pontífice y empapelan el mundo con su nombre?
Que hacen los neurólogos que no recetan escribir en un papel tres palabras?

De verdad hay alguien que aun cree en esos milagros? Yo entiendo que la gente crea en una religión - bueno entenderlo no, pero aceptarlo si, que allá cada uno – que se pueda ser más o menos devoto, pero de ahí a creer en que los milagros existen... como que hay un mundo o dos si me apuráis.

Más me parece una manera de lavar la maltrecha imagen de un Papa de quien se dice sabia y ordeno tapar y dejar impunes los crímenes cometidos por Marcial Marcel –fundador de los legionarios de Cristo, pederasta y mujeriego empedernido además de plagiador, vamos una joyita.

Lo dicho, cada día me reafirmo más en mi ateísmo.

domingo, 16 de enero de 2011

¿Y si no jugamos?

En un blog como este, elegir un tema del cual hablar te hace perder la mitad de lectores (a la mitad de la gente no le interesa lo que vas a decir). Da igual que hables de política, de economía, del corazón o, como voy a hacer ahora, de fútbol.

Hoy es domingo, hay partidos de liga, igual que hubo ayer sábado y habrá mañana lunes (antes al menos nos librábamos lunes y viernes, ahora, ni eso).

La liga española no es lo que era hace apenas unos años. Antes había dos equipos principales (el Real Madrid y el F.C. Barcelona), cuatro o cinco más que podían dar la sorpresa (algunos fijos, otros cambiaban cada año), y el resto, jugaban por premios menores, a tener una temporada tranquila o a intentar salvarse del descenso. Pero desde la llegada de la televisión de pago, los partidos a la carta y los derechos televisivos, que dan mucho dinero a los más grandes y las migajas al resto, la diferencia entre los dos grandes y el resto se ha acrecentado.

El resultado es una competición demasiado previsible. La liga se decide en los enfrentamientos directos entre los dos más grandes, y cuando éstos juegan contra los demás equipos… las posibilidades de no ganar son realmente bajas, casi inexistentes. La única duda que queda es la diferencia de goles con que acabará el partido.

Ante esto poco se puede hacer. La diferencia de recursos disponibles entre los dos grandes y el resto es tan elevada, que es imposible competir en igualdad de condiciones. Y la diferencia se agranda más todavía cada año.

Tanta diferencia nos hace plantearnos una cosa: para los equipos pequeños ¿merece la pena realmente luchar por el partido? ¿Cómo sienta jugar con todo lo que tienes y encima salir goleado?

¿Y si decidimos no jugar? No hablo de no comparecer al partido, sino de reservar los jugadores importantes para los partidos en los que tengan posibilidades reales de ganar (y eso es cualquier partido menos contra Madrid o Barcelona).

Algunos dirán que es adulterar la competición. Nada más lejos de la realidad. Esos partidos están perdidos de antemano, generalmente de una manera clara. Si el equipo grande sufre, los árbitros se encargarán de ayudar.. Los dos equipos ya cuentan por victorias esos partidos, apenas habrá cambios en la clasificación general. Eso sí, el equipo que decida no luchar por el partido, ha de hacerlo contra los dos equipos.

Otros dirán que hay que luchar por cada punto, todos son importantes. Indudablemente eso es cierto, pero los jugadores importantes son más necesarios en los partidos donde la victoria es una posibilidad real. Si no luchan por la victoria saldrán goleados, si luchan por ella, seguramente saldrán goleados… y con algún jugador sancionado o lesionado. Jugador que será más necesario la semana siguiente. Reservar esos jugadores parece la mejor opción.

De este modo todos (equipos, televisiones, medios de comunicación en general), se darán cuenta que es importante tener una competición más equilibrada, para que todos, aficionados, equipos y los que ponen el dinero, salgan ganando.




jueves, 13 de enero de 2011

¿A Qué Jugamos?

La pregunta debería ser otra, más que ¿a qué jugamos? deberíamos preguntarnos ¿a qué coño juegan nuestros políticos? Y la respuesta me parece que en estos momentos es obvia: a volvernos locos y a desconcertarnos cada día un poco más. Así en general , todos hacen más o menos lo mismo, da igual si son de derecha, de izquierda de ultra derecha o ultra izquierda, cuando es cuestión de dejar pasmado al votante todos van a una como en Fuente Ovejuna.

No hace ni un mes que el nuevo Gobierno de la Generalitat de Catalunya tomó posesión de sus cargos. Como aquel que dice no han tenido tiempo ni de acostumbrarse a sus nuevos despachos, pero si que les ha dado tiempo, algunos, de pasar a la posteridad por soltar el mayor de los despropósitos.

EL Conseller de Salut, Boi Ruíz, ha hecho una recomendación a los catalanes. Está claro que él quiere lo mejor para el pueblo catalán y obviamente quiere trabajar para recortar el déficit de la sanidad catalana – a fin de cuentas es parte de su nuevo trabajo - así que ni corto ni perezoso nos recomienda hacernos de una mutua y pasarnos a la sanidad privada. Y lo peor de todo es que lo dice convencido.

Y ahora la pregunta de millón ¿si nos pasamos a la sanidad privada nuestras nóminas o recibos de autónomos, tendrán menos retención? porque claro si no voy a usar la sanidad pública ¿porque tengo que pagarla?, ya pago la privada, ¿no?
Pues me temo mucho que no, que pasara como hasta ahora, que si quieres sanidad privada la pagas, pero no por eso dejas de pagar la pública, que la pública es para todos, por mucho que nos recomienden no usarla, y su déficit debemos reducirlo entre todos los contribuyentes.
Así que tenemos una sanidad pública que pagamos religiosamente, pero que según el Conseller de Salut no debemos usar para no generar más gasto. Nos pasamos a la privada, pagamos la mutua – que de económicas tienen lo que yo de monja y todos podemos asumir el gasto sin más - y seguimos pagando la pública la cual no usamos para que pueda tener menos déficit.

Claro que la siguiente pregunta es: en el supuesto que todos los catalanes nos de por hacerle caso al Conseller ¿qué pasará con los médicos y el equipamiento de la pública? . Si ya se que eso es un imposible, pero antes de soltar según que barbaridades hay que usar la materia gris, que para algo la tenemos

Amén del despropósito del Conseller Ruíz, lo más preocupante es que nadie ha pensado en dimitirle, ni tan solo se oyen voces discordantes dentro del mismo partido.


El siguiente despropósito viene enmarcado en el ámbito de las próximas elecciones municipales y con individuos del mismo partido

Leo, sin mucho asombro, en Nació Digital que el alcalde de Vic, capital de la comarca donde vivo, recupera el discurso agresivo contra la inmigración.
El actual alcalde es de CiU y su mayor rival en los próximos comicios es Plataforma por Catalunya, un partido xenófobo donde los haya, actual segunda fuerza dentro del consistorio y que apunto estuvo de tener representación en el Parlament.

Así que lo que hay que hacer es “robarle” votantes a PxC y que mejor manera que hacerlo que copiarle el discurso. Con ese panorama vemos – ya digo que por mi parte sin mucho asombro, pero si con bastante miedo. – como el alcalde de Vic suelta una perla como:
“que no se puede pedir a los inmigrantes que se sientan de aquí (catalanes), sino que hay que obligarles”

El señor Vila d'Abadal, alcalde de Vic es además, en esta legislatura, diputado en el Parlament.
Hay que recordar que esa misma ciudad ya hizo un intento, fallido por suerte, de no dejar empadronar a los inmigrantes ilegales, con lo que ello conlleva de perdida de escolarización o prestaciones de sanidad y quien estaba detrás de tan descabellada medida era el mismo alcalde que ahora hace estas declaraciones.

Centrémonos pues, resulta que CiU, ese partido que tenía que ser el salvador de Catalunya – o eso nos vendían durante la campaña electoral – se nos muestra en algunos de sus integrantes activos – caso del citado alcalde - como un partido tan xenófobo como puede serlo el PP - sólo hay que recordar la intervención de su candidata a la presidencia de la Generalitat en Badalona con los rumanos – y casi a la par que el partido del señor Anglada (PxC). Genial! Acojona, acojona de verdad

Dicen que rectificar es de sabios, no se si es así o no, pero lo que si está claro es que yo rectifico lo que dije a pocos días de haberse celebrado las elecciones a la Generalitat. Por aquel entonces dije que la opción de CiU(que repito que no es la mía ni de lejos) me parecía la menos mala de las que podían salir. Ahora pienso que sino es la peor es una de las peores.


jueves, 6 de enero de 2011

Ligero de Cascos

Francisco Alvarez-Cascos era un peso pesado en el Parito Popular. Diputado y senador, llegó a ser secretario general del partido, y vicepresidente y ministro de Fomento en el gobierno de José María Aznar. Un pez gordo, vamos.

Como personaje importante en el partido, no sólo comulgaba con la ideología y las estrategias de su partido, sino que era parte activa en su definición.

Eso incluía en sus discursos todo tipo de críticas a los que tenían una idea de nación distinta a la española, sobre todos los nacionalistas catalanes y vascos, así como sus políticas, principalmente económicas, lingüísticas y educativas. Esos discursos no se caracterizaban precisamente por su suavidad, al contrario, siempre fue muy duro con los nacionalistas, incluso cuando su presidente sorprendió al mundo al afirmar que hablaba catalán en la intimidad. Llegaron a llamarle el Doberman de Aznar, por sus feroces ladridos.

Hasta ahí bien, correcto. Tiene unas ideas, está en un partido en el que esas ideas tienen cabida, y tiene una posición que le permite difundir sus ideas y las del partido.

Pero el tiempo pasa, el partido pasa a la oposición, cambia el líder y el nuevo presidente, Mariano Rajoy, prefiere tener sus propios colaboradores, para evitar un poder excesivo de Aznar en la sombra. Cascos abandona la dirección nacional para volver a su tierra natal, Asturias.

Que alguien con la historia de Cascos y su poder en el partido esté en una delegación autonómica es un problema. No es fácil controlarlo, aún tiene poder de convocatoria y lo que va a decir no siempre coincidirá con lo que quieren escuchar en Madrid. Durante años hubo tensiones, amenazas y acusaciones de insultos. Incluso en el comité nacional se plantearon su expulsión, que no se produjo seguramente porque es más seguro tener al enemigo cerca.

Esa tensión explotó en diciembre de 2010, cuando Cascos, que quería ser candidato al gobierno asturiano, se sintió desairado cuando eligieron como candidata a Isabel Pérez-Espinosa. Enfadado, abandonó el partido el día de año nuevo.

Hasta ahí, todo más o menos habitual. Lucha de poderes, presiones y dobles juegos, nada de eso es extraño en cualquier organización con poder. Tampoco es extraño que decida montar su propio partido.

Lo extraño es que el nuevo partido cambia radicalmente de discurso, y deja de abogar por la unidad nacional, para empezar a alabar el nacionalismo asturiano. Donde antes criticaba todo aquel que usaba la palabra nación refiriéndose a un territorio distinto a España, ahora habla de nación asturiana. Donde antes acusaba de egoístas a los que sólo hablaban de su tierra, sin pensar en el resto, ahora exige mayor representación de Asturias en el panorama nacional.

En resumen, una vez que abandona el partido popular, cambia radicalmente de discurso, para decir exactamente lo contrario a lo que decía hace tan solo unos meses.

Todos progresamos, avanzamos, vamos cambiando con los años y lo que creíamos en la juventud puede ser distinto a lo que creamos ahora. Es normal. Lo que no es habitual, o no debería serlo, es que una persona cambie tan radicalmente de forma de pensar en tan poco tiempo, sin que haya pasado nada que le obligue a replantearse sus creencias.

Y es que nos encontramos ante un líder que más que ligero de cascos, es ligero de ideas, que las cambia según sople el viento o sus necesidades.

martes, 4 de enero de 2011

AÑO NUEVO, MÁS DE LO MISMO EN TODO


El año nuevo nos ha traído muchas cosas nuevas: un gobierno, unos consejeros y consejerías, subidas de precio, salidas de pata de banco de los políticos. Todo parece nuevo, pero en realidad nada lo es. La mayoría de estas cosas son viejas.

Cada año, a principios no sea que perdiéramos tiempo, suben los precios de los servicios básicos: luz, gas, butano, transporte ... No es nuevo, siempre es el mismo. Protestamos mucho pero no cambiamos nada, siempre acabamos por aceptar que nos puteen. Era en tiempos de nuestros abuelos que cuando subían el precio del tranvía hacían una huelga, ahora tan sólo protestamos unos días, después nada.

Nuevo gobierno, viejos hechos.
El nuevo gobierno catalán nació casi con el año, pocos días antes. Tampoco hay grandes cosas nuevas, siempre es más de lo mismo. Caras nuevas que ubicar en los lugares que han dejado sus predecesores, aprender los nuevos nombres, los nuevos cargos para que cuando los sepamos y no los confundamos los puedan cambiar a placer.

Si en campaña necesitaban conseguir votos y eso pasaba por decir que éramos de color verde, pues nada éramos de color verde. Ahora necesitamos que nos apoyen, y eso pasa por ser de color rosa, pues hecho, de color rosa que somos.
Durante la campaña política vimos como Mas jugaba al escondite con el hecho de ser nacionalista o dejar de serlo, como flirteaba con el hecho de estar o no de acuerdo con el referéndum por la independencia. Nunca dijo un SI claro, pero tampoco un NO contundente. Es más parecía que el SI, en los dos temas, era su opción más clara. Era cuestión de ganar los votos de los nacionalistas e independentistas descontentos con ERC.
Ahora lo que necesita es el apoyo del PP o del PSC para poder gobernar, es por eso que su discurso cambia radicalmente y ya dice que no será en estos cuatro años (los próximos cuatro no sabe si será él el Presidente) que se convocará el referéndum sobre la independencia, y tiene razón hay cosas mas importantes que solucionar, pero todos sabemos que el verdadero motivo no es precisamente este.
Es más de lo mismo. Todos lo hacen, que nos hacía pensar que Mas era diferente?

Dónde dije España, digo Asturias
En España se acercan las elecciones autonómicas en muchas de las comunidades. Es hora de empezar a pensar en quien representará a cada partido y eso tiene tela, tela marinera. El que fuera ministro de fomento en época de Aznar, quiere ser el cabeza de lista por Asturias, pero su partido se lo dice que no, él se enfada y deja el partido. Al PP ya le va bien que Álvarez Cascos abandone el barco.
Cascos tiene un ataque de ... vaya usted a saber que y dice que Asturias es un País que tiene que tener un peso más específico en España. Cojones, Cascos se ha vuelto nacionalista? donde se aquel discurso patético de que los nacionalismos son el cáncer de España?
Más de lo mismo, donde dije digo, digo Diego porque es lo que ahora me interesa a mí.

Y siempre es lo mismo, cambiamos de año, de década o quizás de siglo, pero a la hora de la verdad lo único que cambia es el número del año en el que vivimos, el resto siempre es igual o muy parecido