lunes, 28 de marzo de 2011

De la mano por la vida

Hace ya varios años, en Estados Unidos se produjo una guerra judicial entre varios ciudadanos anónimos y las grandes compañías tabaqueras. Estos ciudadanos, enfermos de cáncer en su mayoría, acusaban a la industria del tabaco de venderles un producto dañino para la salud, que les había producido una gran adicción que había derivado en sus respectivas enfermedades. Eso, y que no les habían informado de los peligros del tabaco.

Esas demandas me extrañaban sobremanera, porque siempre había considerado que los peligros del tabaco eran bien conocidos, y que aquel que comenzase a fumar, sabía dónde se metía, al igual que los que beben y los que toman cualquier otro tipo de droga. Claro que entonces el tabaco no estaba mal visto, al contrario, se veía como signo de haber pasado a la edad adulta. A mí, con quince años, me preguntaban si todavía era un crío por no querer aceptar un cigarrillo, y eso a ciertas edades es muy difícil de rebatir.

Quien acababa enganchado al tabaco, podía, por tanto, echarle la culpa a la presión social, o a no hacer caso de los riesgos, pero nunca a no haber sido informado de tales riesgos. Al menos aquí.

En Estados Unidos, no sólo argumentaban que no conocían los riesgos porque las tabaqueras no les habían informado, sino que además, los tribunales les daban la razón.

Puede que tuvieran algo de razón, y que durante décadas ocultaran deliberadamente los peligros del tabaco. Pero las tabaqueras no son el único medio de información sobre el tabaco. Hay que ignorar informaciones e informes que llevan décadas avisando del problema. La actitud de las tabaqueras ha sido igual en todo el mundo, y casi únicamente en Estados Unidos fue motivo de condena.

Todo esto me hacía plantearme si los habitantes de Estados Unidos eran tan simplistas como parecía. Porque esa era la impresión: parecía que no eran capaces de tomar criterio propio, y había que darles la información bien mascadita, porque si no, se sentían engañados y te podían demandar. Y parecía que si una persona no había entendido perfectamente los riesgos, o se producía algún deseo no deseado, el culpable era el proveedor, no el usuario que posiblemente esté actuando de un modo negligente. ¿Qué culpa tiene un fabricante de café si yo acabo sufriendo insomnio por un exceso de café?

Esta manera de ir por la vida, tan infantil, tan despreocupada, en la que nosotros jamás somos responsables de nuestros actos, obliga a poner un exceso de celo a base de medidas de seguridad que a veces rozan lo absurdo, advertencias y avisos que nos hacen parecer unos bebés reprendidos por nuestros padres, y hasta retirada de productos por su potencial peligro.

Y somos las personas que queremos que nos traten como adultos, que queremos decidir por nuestra cuenta qué hacer y qué no, qué usar y qué no, valorar las posibles consecuencias y aceptarlas, los que no podemos elegir con libertad.

Esto me pasó hace tan sólo unos días. Con cierta frecuencia solemos visitar un restaurante mexicano. La comida de México tiene la fama de ser muy picante, aunque, como todo, depende de lo que le guste cada persona. En el restaurante en cuestión, la comida de base no pica, y ofrecen salsas más o menos fuertes a gusto del consumidor.

A nosotros nos gusta el picante, y mucho. Por eso, siempre pedimos el picante más poderoso, el que no suelen ofrecer porque es demasiado para la mayoría de los clientes. Lo hacemos sabiendo el aguante que tiene cada uno, y hasta qué punto lo podemos soportar.

Pues bien, ese día, pedimos el picante que nos gusta, y la respuesta que recibimos fue que ya no lo sirven. ¿El motivo? Por su potencial peligro. Al parecer, una noche lo pidió un cliente, que sin hacer caso de la advertencia de lo mucho que picaba, se metió en la boca una gran cantidad, con los consecuentes problemas médicos que supuso. Al parecer no hubo demanda, pero el susto, y para evitar que pudiera ocurrir en el futuro, decidieron retirarlo.

Y nosotros, que llevamos años disfrutándolo (y sufriendo sus efectos con estoicismo), ya no podemos degustarlo porque alguien cometió una imprudencia, de la que, seguramente, no se sentirá responsable.

Y aquí estamos, de la mano para no hacernos pupa, porque somos adultos, pero no aceptamos la responsabilidad de serlo.



lunes, 21 de marzo de 2011

Las tallas grandes también existen.

Los cánones de moda son los que son y poco, o mucho, más hay se puede hacer o decir sobre ello. La polémica sobre las medidas de las modelos hace años que está en la palestra no es nada nuevo, su extrema delgadez es alarmante en muchos casos y si bien hay pasarelas donde se controla hay otras que pasan olímpicamente y si lo que desfila son huesos enfundados en alta costura mejor que mejor.

Pero no es de modelos ni de pasarelas de lo que va este articulo. Es de moda. De esa moda que solo pueden lucir las féminas con tallas inferiores a la 44. Y no hablo precisamente de alta costura, sino de la moda que está al alcance de cualquier bolsillo y que se puede adquirir en grandes almacenes.
De esas prendas que nos gustan a todos pero que siguen sin poder lucir todo el mundo. O te ajustas a las medidas estándar de los fabricantes, es decir en este caso no se puede tener más de una talla 46, o pasas a tener que usar una ropa que cuando menos es de un dudable gusto.

Si tenemos la desgracia de usar una talla grande, y entendamos por grande toda aquella talla que sobre pasa la 54 – que si, que eso es muy grande, lo se. Pero es que hay gente que usa incluso diez tallas más, es decir una 64 y también tiene derecho a la vida, no? – resulta que no encontraremos el jersey rojo que hemos visto y que tanto nos ha gustado. No se hace en talla grande, y tenemos que conformarte con un jersey en tonos oscuros que nada tiene que ver ni en modelo, ni en tejido con el que nos gustaba. Este segundo jersey no es que no nos guste, es que no se lo pondría ni nuestra abuelita de 90 años porque lo encontraría carca y anticuado.

Que exagero? no os lo creáis. Me quedo corta.

Si nos damos una vuelta por la sección de tallas grandes de una cadena comercial que se digne a tenerlas, que esa es otra, vemos que la ropa es, en su inmensa mayoría, fea, pero fea de asustar, a la par que oscura. No hay modelos llamativos ni atractivos. Es como si las personas que usan esas tallas tuvieran que esconderse y pasar desapercibidas y por ello que mejor que una ropa horrenda y oscura que no llame la atención para nada?.

Hay personas de todas las edades que usan esas tallas grandes. Desde jovencitas a personas de media edad o personas ya entradas en años, pero todas ellas acostumbran a tener algo en común y es un mínimo de gusto.

A los fabricantes de ropa les supondría un esfuerzo enorme ampliar su tallaje para que todo el mundo pudiera lucir la misma ropa? No creo. Es más para ellos sería un beneficio añadido pues las ventas aumentarían, cuando más variedad en tallas más personas pueden comprar la prenda, no hace falta ser muy inteligente para llegar a ello, no?
Pues porque no se hace? y a esa pregunta os garantizo que no le veo respuesta alguna, o al menos no que sea medianamente coherente.

Otro de los recursos de las personas con tallas grandes suele ser la venta por catálogo, pero aquí el problema es aun más grande, a los que ya he dicho se le suma la subida de precio con la talla, cosa que en principio no pasa en las tiendas. La ropa es igual de fea, poco variada y oscura – a lo sumo hay de color blanco, que si que es claro, pero que no es un amarillo pollito o un verde pastel por poner dos ejemplos – y además más cara. Manda Huevos!!

Espero que algún día una de esas cadenas que se precian de vender ropa para todo el mundo, tipo el grupo Inditex y todas sus cadenas de tiendas, abran los ojos y se den cuenta que esa camiseta azul cobalto con un perrito blanco que es divina de la muerte puede llegar a confeccionarse en una talla 60 o superior y no por ello dejará de ser tan divina de la muerte como era hasta entonces. Mientras seguiremos viendo esperando el milagro.




miércoles, 16 de marzo de 2011

Nuclear

Hace unos días se produjo en Japón uno de los terremotos más importantes de la historia. Ese terremoto, y el posterior tsunami han producido en el país unos cuantos miles de víctimas. Si se hubiera producido en un país menos avanzado, la cantidad de fallecidos habría sido inconcebible.

Y es que Japón, que se encuentra en una de las zonas de mayor actividad sísmica del mundo, está acostumbrado a los fuertes terremotos, y tiene unas normas de construcción de cualquier edificio muy específicas para poder soportar estas catástrofes.

Sin embargo, todo tiene un límite, que suele estar basado en el historial telúrico de la zona en cuestión. Y esas normas de poco sirven si el terremoto producido supera el nivel para el que han sido diseñados para soportar.

Eso mismo es lo que está pasando en Japón ahora mismo, en la central nuclear Fukushima. Esta central fue diseñada para soportar terremotos de siete grados y medio en la escala de Richter, cuando el seísmo producido el día 11 de marzo alcanzó nueve grados.

Japón es una isla sin recursos naturales propios, y precisamente por su condición insular, es complicado abastecer al país con recursos extranjeros, por lo que parece lógico pensar en la energía nuclear como principal método de producción eléctrica en el país, ya que cualquier alternativa parece difícil de implantar en un espacio como ese.

Desde hace décadas (sobre todo desde el accidente de Chernobyl), nos están diciendo, en contra de nuestros instintos, que la energía nuclear es segura, que se toman todas las medidas de seguridad necesarias para que cualquier eventualidad sea atajada sin poner en peligro a los habitantes de las zonas próximas a la central.

Pero todos sabemos que la seguridad absoluta no existe. Estamos viendo estos días en Fukushima que hay eventualidades no previstas, o previstas y rechazadas como improbables. Se diseñó la central según los seísmos que se habían registrado históricamente en la zona, pero no se planteó que tuviera que aguantar un terremoto más potente. Y el accidente provocado por ello, mantiene en vilo al planeta entero, ya que no se sabe cómo va a terminar.

Todo esto plantea dudas no solo en el país del Sol Naciente, sino en todo el mundo. Los que hace unas semanas decían que las centrales nucleares eran totalmente seguras, ahora anuncian revisiones adicionales. En varios países europeos se encontraban en proceso de renovación de las licencias de las centrales más antiguas. Esos procesos, que antes no planteaban dudas, ahora requerirán pruebas adicionales.

Pruebas, que seguramente jamás conoceremos en qué consisten y serán superadas en su totalidad, por lo que todo volverá a la normalidad… hasta que vuelva a pasar algo en otro lugar del mundo.

He hablado sólo de seguridad, sin comentar una de las críticas más importantes que se producen por parte de las asociaciones de ecologistas: la energía nuclear produce unos residuos altamente radiactivos, que permanecen activos, y por tanto hay que almacenar, durante miles de años, creando un problema que va aumentando con el tiempo, y difiriendo el problema a las generaciones futuras.

No sé si en Japón tienen alternativas a la energía nuclear. Seguramente sí, pero con el problema de un mayor coste. Pero, a la vista de los hechos, hay que plantearse si es el mejor método, en Japón y en otros países del mundo, incluida España. Porque, por muchos sistemas de seguridad que se pongan, por muchas eventualidades planeadas, siempre habrá algo que esté fuera de control, lo que producirá un accidente de consecuencias insospechadas.



sábado, 5 de marzo de 2011

Sobre normas y límites

Al gobierno español se le puede llamar de todo menos aburrido. Se empeña, un día sí, y otro también, en proporcionarnos temas de conversación que producen intensos debates.

Y es que, cuando el país todavía permanece dividido en dos bandos por culpa de la ley antitabaco, se ha sacado de la manga otra norma que ya está dando mucho que hablar. Me refiero a la limitación de velocidad en autovías.

Esta medida, que tiene carácter temporal, reduce la velocidad máxima en autovías de 120 kilómetros por hora a 110. El objetivo, reducir el consumo de combustible, con el ahorro consiguiente en la factura petrolífera. Por no comentar que el medio ambiente alguna mejoría notará.

Y al igual que con el tabaco, el país se ha dividido en dos mitades antagónicas. Los que están de acuerdo con las tesis y los cálculos del gobierno tienen que discutir con los que afirman que se producirán más atascos, y los que se creen con el derecho de ir a la velocidad que quieran.

Yo considero que la discusión tiene una trampa desde el principio. Se protesta por la reducción de un límite que no era respetado por buena parte de los conductores que utilizan las autovías. Son precisamente los que más protestan por el cambio de norma los que menos respetaban el límite anterior, lo que hace pensar que este lo respetarán del mismo modo… sólo cuando pasan por un radar.

Últimamente nos creemos con derecho a todo, cuando se nos limita algo por el motivo que sea, por muy válido que sea ese motivo, ponemos el grito en el cielo criticando al estado controlador, si multan para hacer cumplir la ley, nos quejamos del estado represor. Y quien no respeta esta clase de normas, considera intolerante a quien pide que se respeten.

Con estas cuestiones surgen contradicciones cuanto menos curiosas. La primera, es que si una persona está a favor, por ejemplo de la reducción de velocidad pero en contra de la ley antitabaco, puede acabar criticando en un caso los mismos argumentos que usa en el otro, sin darse cuenta siquiera que usa tesis opuestas en cada caso.

La otra contradicción es más seria. La ciudadanía en general se muestra muy activa para criticar estas limitaciones de derechos, pero cuando se trata de derechos más importantes, como los laborales, agachan la cabeza y se conforman con los que les queda, diciendo la famosa retahíla de “al menos sigo teniendo trabajo”



martes, 22 de febrero de 2011

Gadafi :¿Ángel o Demonio?

El mundo está cambiando a marchas forzadas. Para muestra solo hay que echar una ojeada al mundo islámico y ver la cantidad de revueltas y sublevaciones que se han producido en poco tiempo, en semanas. Se han cansado de sus dictadores, de esos regímenes autoritarios que vienen soportando década tras década. Es como si de pronto los países árabes hubieran abierto los ojos. Empezó Túnez derrocando a Ben Ali, quien fue su presidente desde 1987. Le siguieron Egipto, Argelia, Marruecos, Yemen, Bahréin y Libia.Seguro que habrán más, muchos más.

En estos momentos el mayor foco de atención mundial es Libia y sus revueltas, las más sangrientas. Las que se han intentado sofocar de una manera más bárbara, tirando bombas desde los helicópteros. Donde los soldados están desertando para no tener que abrir fuego contra su pueblo. Todo ello lo podemos resumir en una sola palabra: Gadafi.

Es un personaje variopinto donde los haya. Consiguió hacerse con la presidencia de su país, con solo 27 años y cuando era un verdadero desconocido. Ha sido capaz de proclamar en 1977, la “jamahiriya“, sistema político que se saca de la manga y que viene a ser el estado de las masas, con lo cual ahora se atreve a decir que si las cosas no funciona la culpa es del pueblo, ya que el poder es suyo. Desfachatez no le falta, lleva más de 40 años al mando de Libia.
Cierto es que Libia es el país árabe con mayor esperanza de vida y con mayor nivel cultural. ¿pero que precio a tenido que pagar por ello?

Ha respaldado a los tiranos más sangrientos que jamás hayan existido: Bokassa, Mobutu y Idi Amin. Ha apoyado a Ben Ali y Mubarak cuando sus pueblos se sublevaron. Cuando Ben Ali cayó dijo que Libia no era Túnez. Lo ha demostrado con creces. Ha sacado la artillería pesada al mínimo connato de revuelta y asegura que él no piensa irse que antes morirá como un mártir. Hay quien dice que está solo y que lo que quiere es quemar Libia antes de aceptar la derrota.

Pero la visión que el mundo tiene de él ha cambiado varias veces. Gadafi ha pasado por todos los apelativos que puede pasar una persona. Ha pasado de ser odiado y denotado por Estados Unidos y Europa a ser elogiado por estos mismos países, para volver a ser el tirano sin escrúpulos. ¿Líder hábil, revolucionario e idealista o un dirigente imprevisible y déspota? Depende nos sople el viento está claro.

Fue bombardeado por Estados Unidos en 1986 - El palacio presidencial sigue en ruinas desde entonces como símbolo contra el “invasor extranjero”- pero a pesar de ello acabó por ponerse al lado de Bush en su guerra contra el terrorismo. Y en 2008 fue invitado por Obama a una cumbre del G-8. Incluso propuso la paz entre Palestinos e Israelíes, de quienes acabo afirmando que eran idiotas. El petróleo mueve montañas.

Ahora, la alta comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, califica lo sucedido en Libia como "crimen contra la Humanidad". Las tornas han cambiado de nuevo. Gadafi ya no es el estratega inteligente al que se admira, vuelve a ser – lo que ha sido siempre aunque a veces parecía que era mejor ignorarlo- un tirano sin escrúpulos que ahoga a su pueblo.

Hace apenas cinco años que Estados Unidos lo borró de su lista de Estados Terroristas y que restableció las relaciones diplomáticas con Libia. ¿Tanto ha cambiado Gadafi en tan pocos años? Pues la verdad es que no, es que no ha cambiado nada, lo que han cambiado son las circunstancias y la manera de verse las cosas desde Europa y EE.UU. Él sigue siendo el mismo déspota sin escrúpulos, para muestra un botón.

Lástima que todo un país tenga que sufrir tan duras consecuencias para que se vea la realidad de un personaje que siempre ha sido el mismo por mucho que los intereses internacionales nos hayan querido hacer ver lo contrario.

Respondiéndome a la pregunta que planteo en el título: demonio, siempre ha sido un demonio y de los peores.



domingo, 20 de febrero de 2011

El bien y el mal (según Sinde)

Ya está hecho. La disposición adicional segunda, también conocida como Ley Antidescargas o Ley Sinde ha sido aprobada en el Congreso, por lo que ya puede empezar a ser aplicada.

La ley pretende terminar con las descargas ilegales, cerrando las webs donde se distribuyen enlaces no autorizados. La teoría es sencilla, pero en la práctica, es de muy difícil aplicación, por varios motivos, entre ellos, la velocidad y facilidad para crear páginas nuevas, los cambios tecnológicos en las descargas, y el pequeño detalle de que se pirateaba antes de la existencia de las páginas contenedoras, y se seguirá haciendo. Puede que cierto número de personas tengan más dificultad en encontrar el material, pero lo seguirán encontrando.

Ya son varios años los que llevamos discutiendo sobre los derechos de autor, la Sociedad General de Autores, y las descargas de material protegido a través de la red. Si fuera una discusión entre personas, tanta vuelta dada sobre el mismo tema debería haber llevado a un punto de comprensión entre las partes, defendiendo la parte de razón propia y aceptando la del contrario. Pero hemos perdido la capacidad de discutir. Nos limitamos a exponer nuestra verdad, rechazando la del otro, sin siquiera plantearla.

En este caso, se produce una pugna de derechos. Derecho de los usuarios al acceso de la cultura, y derecho de los creadores a cobrar los derechos de autor por su trabajo. Hasta ahí vale.

El problema surge cuando ambas partes se creen poseedores de toda la verdad, considerando que el contrario es, simplemente, un ladrón. Eso está ocurriendo en estos momentos.

Si yo, como usuario, quiero escuchar un disco y me lo bajo de la red gratuitamente y de un modo no legal, ¿soy un ladrón? Depende. Puede que si no lo descargase me lo compraría original, con lo cual hay un quebranto económico en la otra parte, pero también puede que simplemente no tuviese acceso al disco, con lo cual, no hay pérdida económica, sino además desconocimiento del artista en cuestión.

Un artista, como tal, lo que quiere es poder hacer y difundir su obra. El dinero que gana al hacerlo, si lo gana, lo que hace es facilitar la tarea. Si gana lo suficiente con su arte, puede dedicarle todo su tiempo, Si es más conocido, cobre o no cobre por todos los usuarios de su trabajo, será más fácil alcanzar ese objetivo, y sacar más rendimiento (es mejor sacar el 20% de 10.000 que el 100% de 1.000).

Muchos artistas, por esto mismo, no están de acuerdo con la Ley. Consideran que no defienden sus derechos de un modo suficiente. Sin embargo, escuchando a la Ministra de Cultura y a los representantes de los artistas, principalmente las entidades de gestión como la SGAE, parece que todos comulgan con sus ideas. ¿Por qué? ¿A quién representan y defienden?

SGAE significa Sociedad General de Autores y Editores (hace años, la E era de España). Esa E es la clave, ya que son los editores los que económicamente tienen más peso en la sociedad. Los que se quejan que no venden porque pirateamos. Los que llaman ladrones a todo un país.

Pero no tienen en cuenta que Internet lo ha cambiado todo, incluido el modo de consumir la cultura. Mucha gente no quiere gastarse un dineral que no tiene para ir a una sala de cine, o comprar un disco. Quiere modos más económicos, y un acceso inmediato. Acusan de usar ilegalmente la Red para adquirir cultura, cuando no dan una opción válida para hacerlo legalmente. Claro que cuando ese modo exista mucha gente seguirá pirateando, pero otros muchos preferirán el modo legal. A fin de cuentas, sitios como iTunes funcionan como negocio, seguimos teniendo acceso a Internet en casa a pesar de la existencia del Wi-Fi gratuito y vemos televisión de pago, habiendo opciones gratuitas.

domingo, 13 de febrero de 2011

Más asfixia el paro que la contaminación

Hace días que oímos hablar de una nube de polución que asfixia a las dos grandes ciudades del país, Madrid y Barcelona. El hecho de ser dos ciudades con un tráfico intenso con la falta de lluvia que padecemos ha sido el detonante para que los límites de la polución se dispararan y saltaran varias alarmas.

La norma fija que el nivel de 200 microgramos no se puede superar más de 18 veces al año, pero algunas estaciones en Madrid y de municipios del área metropolitana lo superarán durante este episodio de contaminación.
Pero su alcalde lo tiene claro, dos días antes de que se avisara a la población del alto porcentaje de contaminación que sufría su ciudad y de que era mejor usar el transporte público que no el privado, al señor Gallardón no se le ocurre nada mejor que decir que
todo obedecía a una campaña del gobierno en contra del consistorio que preside.
Y el ayuntamiento insiste que los umbrales a partir de los cuales hay que avisar a la población no se han superado, pero que lo hacen por precaución.
Y la web del ayuntamiento señala que la calidad del aire es buena. De primera, no te jiba!
Eso si, ayer bastaba darse una vuelta y ver que la sierra era apenas visible venia a ser lo mismo. Jugaba al escondite ¿a qué si, Señor Gallardón?

La prensa Internacional se ha hecho eco del asunto de la polución y el Financial Times publica un artículo donde dice que la reducción de contaminación anunciada por Gallardón es “una ilusión”

Pero claro no teníamos en cuenta de que en el ayuntamiento de Madrid tienen a la mejor concejal de medio ambiento que se ha visto y se vera, Doña Ana Botella. Quién nos ha dejado perlas como :
• La contaminación en la ciudad "no es nociva para la salud de los ciudadanos".
• Más asfixia el paro que la contaminación
• que el debate sobre la polución está contaminado electoralmente (vamos que se da la manita con su alcalde)


Si señora, eso es una concejala y lo demás son tonterías! Espero que la señora de Aznar tenga twitter y vea la que se ha montado allí a su costa, a ella gracia no le hará pero el resto nos morimos de la risa con los #botellafacts



Barcelona que era la otra ciudad con alto índice de polución ha anunciado que mantendrá unos días, la limitación de 80 kilómetros por hora para las carreteras de acceso a Barcelona. La medida la impuso el tripartito y su eliminación era una de las promesas electorales de Mas.

La Generalitat como mínimo ha admitido que la situación va a empeorar y que miles de personas están respirando aire sucio. Soluciones igual tampoco ponen las que debieran, pero al menos no se ríen del personal es su propia cara y eso como poco es de agradecer.


Humor negro

El tema que trataremos hoy es muy serio, porque nos habla del mundo y de nosotros mismos. Me refiero al humor.

Una de las cosas que diferencia a los seres humanos de la mayoría de los animales del planeta es su capacidad de reír. Más exactamente, de reírse de sí mismo y de sus miserias. Además, el humor es utilizado para trasgredir los límites marcados por la sociedad en la que vivimos.

Para que un chiste haga gracia, ha de provocarnos. Ha de ponernos en evidencia ante el mundo, ya sea por nuestra forma de pensar, aceptando verdades tautológicas sin siquiera planteárnoslas, ya sea por su falta de corrección política.

Por eso el humor blanco (el que no se mete con nada ni con nadie) apenas nos hace poner una mueca en la cara, normalmente creada por lo absurdo que por el chiste en sí. Y por eso los chistes verdes, que tanta gracia nos hacían de pequeños o al mundo hace unas décadas, sólo nos sorprenden si son especialmente escatológicos o fuera de lugar, ya que el sexo para la mayoría de adultos, se ha convertido en un tema de conversación más.

Nos reímos, pues, de lo que no debemos. Da igual si es por nacionalidad, por raza, por estatura o porque tiene piojos. En un chiste podemos ser xenófobos, sádicos o misóginos. Porque es sólo un chiste, y no tiene por qué reflejar lo que pensamos de verdad.

Claro que vivimos en una sociedad que en este aspecto tiene dos problemas importantes: tiende a poner la corrección política por encima de todo, y convierte los comentarios de cualquier persona, por sarcásticos que sean, en paradigma de su opinión.

Eso le pasó al director de cine Nacho Vigalondo, que tenía un blog de cine alojado en la web de El País, medio para el que dirigía y protagonizaba una campaña publicitaria. En resumen, cuando en su twitter llegó a cincuenta mil seguidores, dejó dos mensajes que decían:

  • "Ahora que tengo más de 50.000 followers y me he tomado cuatro vinos podré decir mi mensaje: ¡El holocausto fue un montaje!"
  • "Tengo algo más que contaros: la bala mágica que mató a Kennedy ¡todavía no ha aterrizado!".


Por el primer mensaje fue acusado de antisemita y negacionista, lo cual llevó a la dirección de El País a cortar los vínculos que le unían al director. Eso transformó la discusión en un problema sobre libertad de opinión y de información. El resumen de los acontecimientos, fue bien explicado por la Defensora del Lector de El País.

No comparto la actuación del medio en cuestión, ni las conclusiones de su defensora. Si tomamos los dos mensajes juntos, vemos claramente que no está negando el Holocausto, al contrario, se ríe de los que creen ciegamente en teorías conspiratorias. Podría haber dicho que ha estado en el borde de la Tierra Plana o que estaba rodando la llegada del hombre a Júpiter. La idea de la broma sería la misma. Y no creo que fuese malinterpretado, así que el problema no lo veo en el chiste, sino en los que no lo han entendido.

Dicen también que no se pueden hacer bromas sobre ciertas cosas. Y yo pregunto ¿está prohibido hacer chistes sobre judíos, o sólo sobre el Holocausto? Si no podemos hacer chistes de judíos, ¿no tendremos que dejar de lado también los gitanos y los negros? Ya puestos, tampoco podremos hacer chistes de franceses, o de vascos o catalanes. Ni, por supuesto, bajitos, homosexuales o tontos. Y si el problema son los seis millones de muertes que se produjeron en los campos de concentración ¿Cuántos muertos pueden aparecer en un chiste? ¿Uno, ninguno? ¿Y enfermedades que producen sufrimiento, como el cáncer? ¿Cuánto dolor se puede permitir en un chiste? ¿Podré hacer un chiste de alguien que se pille un dedo en la puerta?

Y a todo esto, ¿puedo dar una opinión que no sea políticamente correcta, pero que no es delito? ¿Está por encima la corrección política o la libertad de expresión? Porque en España, negar el Holocausto nos parecerá una barbaridad, pero no es delito.

El problema radica en que en esta sociedad hay que ser siempre políticamente correcto. Y eso nos convierte en buenos ciudadanos, pero nos coarta como individuos, limitando nuestra libertad e independencia, nos hace más moldeables y fáciles de controlar. Debemos tener espíritu crítico, crear nuestras propias opiniones y ser consecuentes con lo que pensamos, aunque ello suponga reírnos de lo que es serio.

Y es que si dejamos de reírnos de nuestras miserias, dejaremos de ser personas, para convertirnos en individuos.


domingo, 6 de febrero de 2011

Del Primer al último Borbón....

Soy republicana por convencimiento y con convicción. Por no ser no soy ni Juan carlista, termino que viene a decir que de monárquico se es más bien poco, pero que Juan Carlos s cae muy bien. Ni me cae bien ni me cae mal, la verdad es que me es indiferente como persona y como institución creo que nos hace parecer – aun más si cabe- un país de opereta o de tragicomedia, según se mire.

La visión que tengo de la nobleza es aun peor de la que tengo de la monarquía, que ya es decir. Los títulos nobiliarios me parece la cosa mas carpetovetónica que uno se pueda echar en cara, dignos protagonistas de los cuentos infantiles de la época de María Castaña y muy desfasados en estos tiempos que corren, pero son como las meigas, o peores, y haberlos haylos.

Esta semana son dos las acciones que tienen que ver con un Borbón – dinastía a la que pertenece la actual monarquía española y a la que como catalana, ya ni digamos como republicana, tengo muy pocas simpatías. Y digo pocas por no decir ningunas – que han exacerbado mi ya latente anti monarquismo.

Por un lado el pasado 4 de febrero al Rey no se le ocurre otra cosa que ponerse a repartir marquesados como quien reparte caramelos en una fiesta infantil. Y así a voz de pronto nos encontramos con dos nuevos marqueses a los que todos conocemos. EL Marques de Vargas Llosa y el Marques Del Bosque. Ahí es nada, o mucho depende se mire.
Al primero se le concede dicho título después de haber ganado el Nobel de Literatura, recompensa más que merecida a su obra. Y se le convierte en Marques, por gracia de Juan Carlos I, en base a “extraordinaria contribución, apreciada universalmente, a la literatura y a la lengua española”. Nadie duda, al menos yo no, de que el señor Vargas Llosa merece cuanto premio literario tengan a bien otorgarle. Pero, como preguntaba una buena amiga peruana, ¿hacía falta hacerle Marqués?
Al segundo se le otorga, el título, después de haber sido capaz ya no solo pasar de cuartos sino de ganar todo un mundial con la selección de futbol. Y se le convierte en un noble, por la gracia de un Borbón, y “por la gran dedicación al deporte español y su contribución al fomento de los valores deportivos". Me gusta Vicente, me cae bien, pero de ahí a lo que acabo de contar media un mundo.
Ambos títulos son hereditarios, con lo cual tenemos marqueses de Vargas Llosa y Del Bosque pa los restos, ya que difícilmente perderán tal honor.

Este tipo de cosas, este tipo de actos sin sentido son los que hacen replantearme si hemos avanzado un mínimo o si seguimos anclados en los tiempos de la segunda de las acciones que han acabado con mi poca paciencia hacía los títeres más bien pagados de este país.

Ahora retrocedemos unos cuantos siglos en el tiempo y nos plantamos en 1714. Año de la derrota de Catalunya en manos de las tropas borbónicas durante la guerra de Sucesión Española. Hablamos de la época de Felipe V, el primer Borbón.

Hoy iba a celebrarse en un pequeño pueblo de la Catalunya central La Gleva un acto en recuerdo a los 120 patriotas catalanes muertos allí en manos de las tropas borbónicas. Iban a dispararse salvas de honor, lo iban hacer los trabucaires. Pero no ha podido ser así, se han prohibido esas salvas de honor. ¿Porqué? pues el motivo no es otro que un informe de la GUARDIA CIVIL quien considera que este acto no es una fiesta popular reconocida, en base a ello la subdelegada del gobierno español en Catalunya decide prohibir las salvas, dándose el caso de que si se producen la delegación del gobierno podría retirar la licencia de armas a los autores e incluso requisarselas.

Alucinar, cuando lo leía en sendos artículos de Nació Digital es poco.
De verdad alguien puede pensar que un acto de estas características puede ser una fiesta popular? en que país vivimos?
La Guardia Civil aun tiene los mismos privilegios y el mismo peso que hace cincuenta años o es que hemos retrocedido por el túnel del tiempo?
No le veo la lógica ni el sentido. Se puede estar, o no, de acuerdo en estos actos, pueden entenderse, o no. Pero de ahí a decir que no es una fiesta popular.... manda huevos!!! Que estamos hablando de la masacre de 120 personas que murieron en manos de un ejercito, que entró en sus tierras cual elefante en cacharrería. Hablamos de rendir honores a unos patriotas no de el baile del farolillo.
Está claro que la guardia civil necesita clases urgentes de cultura popular y de historia.

Ambos casos no tienen nada que ver el uno con el otro, pero si tienen un denominador común, el primer y el último, hasta el momento, Borbón.

Solo me queda añadir....Viva la República!!!!!!


Revolución

En este mundo tan acelerado, de consumo rápido, las noticias tienen la misma esperanza de vida útil que cualquier otra cosa: muy escasa. Surge un tema considerado interesante, al que los medios le dedican una atención intensa durante unos días, y cuando ya la gente se acostumbra al tema y disminuye la atención, se empieza a pasar página, buscando otro tema con el que llenar las portadas y anestesiar a la población.

En esta ocasión, el tema de la semana viene desde Oriente Próximo, más concretamente desde Egipto, donde una gran revuelta social está intentando derrocar al presidente Hosni Mubarak.

Egipto es, en teoría, una democracia. Digo en teoría, porque su presidente ha sido reelegido con mayoría aplastante cinco veces seguidas (lleva en el poder desde 1981), en votaciones donde se han denunciado numerosas irregularidades. Ahora, tras unas nuevas elecciones calificadas de fraudulentas, la población ha decidido salir a la calle para echar al supuesto tirano.

Si nos atenemos a las informaciones, los egipcios han abierto los ojos de repente, y se han dado cuenta que estaban gobernados por un tirano, y que merecen vivir en una democracia, creyendo firmemente que lo que venga después, será siempre mejor. Los manifestantes son buenos, Mubarak es malo.

Claro que Mubarak no era tan malo cuando llegó al poder hace ya casi treinta años, cuando Egipto se convirtió en casi el único aliado musulmán de Israel, o tenía una visión de los problemas de la zona que se parecía mucho a la de Estados Unidos, llegando a convertirse en un fiel aliado que frenaba el avance del integrismo de la zona (al igual que hacía Sadam Hussein en Irak, o Bin Laden con los rusos en Afganistán.

Tampoco era tan malo cuando Egipto sufrió una ola de atentados cuyos objetivos eran los autobuses de turistas extranjeros. Esos atentados se supone eran obra de los Hermanos Musulmanes, cuyo objetivo era convertir Egipto en un país islamista, lo cual chocaba contra los intereses económicos sobre la zona. Mubarak era el que mantenía a los retrógrados a raya.

Ahora, tres décadas después, bajo el acoso de una revuelta que no sabemos quién ha iniciado ni qué intereses tiene, no resulta rentable defenderlo, y los países occidentales piden la salida del líder egipcio.

Nos dicen que los jóvenes egipcios buscan la democracia. Parece ser que el hecho de que la segunda fuerza política en Egipto sean los otrora terroristas Hermanos Musulmanes es algo anecdótico, y que no hay peligro de convertirse en un estado integrista.

No defiendo a Mubarak, ni condeno a los insurgentes. Tampoco hago lo contrario. Las informaciones que recibimos siempre sobre estos acontecimientos es tan sesgada que no podemos tomar una postura bien informada. Será el tiempo el que diga si ésta es una revolución democrática, o un golpe de estado para poner a un Imán al mando.

Pero eso será en el futuro, cuando las cámaras se hayan marchado, nos hayamos olvidado de los jóvenes de la Plaza de la Libertad, y tengamos toda nuestra atención centrada en la nueva noticia de la semana.



domingo, 30 de enero de 2011

La "i" minúscula

Llevamos tres largos años mareando la perdiz de la crisis económica. Después de tanto tiempo, las cifras deberían haber empezado ya a mejorar, pero esto no está ocurriendo.

¿Por qué? nos preguntamos todos. La mayoría tiene claro que el único motivo es la incompetencia del gobierno. Muchos, por la desfachatez del mercado, que obligó a los gobiernos a endeudarse fuertemente para salvar el sistema financiero, y ahora el propio sistema especula precisamente por este alto endeudamiento. Más de uno cree que es la Ira de Dios. Y siempre podremos encontrar gente que defienda los argumentos más locos.

Aparte de considerar que casi todos tienen su parte de razón, y el motivo sería una suma de casi todos ellos (no creo que Dios se meta en asuntos financieros) existen otros motivos para que la recuperación en países como España vaya todo más lento.

La mayor parte del crecimiento económico español de las últimas décadas, han venido de la mano de la construcción y del turismo. Poca industria, poca producción. Mucho servicio y poco bien. Poco progreso real. Teníamos un modo de crecer que garantizaba números rápidos, pero poco estables. Y eso lo estamos pagando.

¿Y por qué tan poca industria? Para entenderlo, hay que retroceder en el tiempo muchos años. Casi treinta. Cuando Felipe González llegó al poder. Se encontró con una industria vetusta, que arrastraba muchos problemas, con un sistema de producción tan anticuado que no era competitivo. Las grandes industrias españolas arrastraban grandes pérdidas y había un riesgo real de colapso. Para evitarlo, realizó una reconversión industrial que fue dura, dolorosa, que dejó a miles de personas sin trabajo. Pero era necesario hacerla.

Una parte de esa reconversión fue la creación de un plan de Investigación y Desarrollo (I+D). Era necesario invertir en investigación para poder tener tecnologías propias. Y era necesario poder convertir esas tecnologías en productos con los que poder competir en un mercado cada vez más competitivo y globalizado.

Esa reconversión a la larga fue beneficiosa, ya que permitió al país remontar y empezar a crecer a un ritmo importante, ayudado también por el dinero que llegaba desde la Unión Europea a la que acabábamos de llegar. El aumento de los presupuestos de I+D tuvo una labor importante en esa remontada.

Tras catorce años en el poder, llegó el cambio de Gobierno. Corría el año 1996 cuando José María Aznar llegó al poder. El cambio se produjo al final de una crisis. El nuevo gobierno, para acelerar el crecimiento, optó por varios cambios en el esquema productivo nacional. Se dio mucho peso al mercado inmobiliario, que estaba poco desarrollado en España y daba mucho margen de mejora, se potenció el turismo más de lo que estaba ya, y se produjeron cambios en la I+D.

Se dejó de hablar de I+D, para pasar al I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación). La innovación tiene muy poco que ver con la I+D, ya que poca investigación requiere, y los resultados parecen novedosos, pero realmente no lo son. Es, como diría Homer Simpson, “coger algo que ya funciona y añadirle un reloj o algo así”.

El motivo de añadir la “i” minúscula es la necesidad de maquillar cifras. Se amplían los presupuestos, parece que vamos progresando, pero realmente poco nuevo hay bajo el sol. Es útil para conseguir buenos resultados a corto plazo, pero a largo… la cosa se tambalea.

Llega el año 2004, y se produce otro cambio de gobierno. Entra José Luis Rodríguez Zapatero, que se encuentra con una economía en franco crecimiento, pero muy desequilibrada. Seguramente sabe que ese desequilibrio a la larga creará problemas, sería necesaria otra reconversión profunda para conseguir un crecimiento menor, pero más seguro.

Tuvo tres años para arreglar las cosas antes de que estallase la crisis. Pero (ya sea por miedo, por mantener su eterno talante o porque la reducción drástica del crecimiento nada más llegar al poder le parecería ser un inútil) no hizo nada.

Si Aznar no hubiera creado un modelo económico de resultados rápidos pero poco sólidos, o si Zapatero hubiera hecho su trabajo cuando podía hacerlo, y no cuando ya es demasiado tarde, la crisis habría llegado y habría sido igual de dura, pero al menos, saldríamos antes de ella.



Pedraz: un Juez que cumple con su trabajo

Hace ya ocho años que termino esa guerra en la que nunca debimos vernos involucrados, pero a la que, gracias a los delirios de tres Presidentes, acudimos. En toda guerra se producen bajas, en todo conflicto armado mueren inocentes, es ley ¿de vida? más bien de guerra.
Nunca he entendido - me niego hacerlo ya que para mi es un sinsentido enorme – lo del fuego amigo. ¿Amigo de quien? de nadie.

En toda guerra hay desplazados periodistas que nos mantienen informados de lo que allí ocurre, es la única manera de sacar algo en claro, de saber que pasa y porque pasa. Y siempre hay alguno que pierde la vida en el ejercicio de su profesión. O bien porque van empotrados, caso de Anguita en el conflicto de Iraq, y los mata el fuego enemigo (repito que para mi no hay fuego amigo, todo fuego es enemigo de la vida) o bien porque nos dicen que el fuego amigo erró el tiro, caso del cámara José Couso.

La muerte de Couso levantó polvareda desde el mismo momento en que se produjo, desde el mismo instante que vimos a su compañero, Jon Sistiaga, explicar como habían acontecido los hechos. Su familia, su compañero, sus amigos no han cesado en el empeño de esclarecer las causas de esa muerte. Muerte que se produce cuando las fuerzas americanas entran en Bagdad, como elefante en cacharrería, y disparan contra el hotel Palestina, lugar donde se hallaba toda la prensa internacional, pensando –dicen y se supone debemos creerles, que lo hagamos o no es otra historia que va a conciencia de cada uno – que eran francotiradores.

A finales de noviembre, el País a través de los documentos de la Wikileaks nos demuestra como EE.UU. juntamente con el gobierno español trabajaban para poder cerrar el caso Couso.
Pero este es un país que a veces tiene golpes escondidos y jueces que saben estar a la altura de las circunstancias, por mucho que después paguen caro el hacer bien su trabajo e involucrarse en él, ¿recordamos a Garzón y sus circunstancias?, más vale que lo hagamos ya que hay otro juez, de la Audiencia Nacional, que puede convertirse en un “juez incómodo” y no es otro que Santiago Pedraz, sucesor de Garzón.

El magistrado se ha dado cuenta que desde su sillón de la audiencia Nacional es casi imposible esclarecer los hechos, no puede ver si la muerte de Couso fue un asesinato en toda regla o solo fue un error. Pedraz se mueve, levanta el culo del mullido sillón de su despacho y se va a Bagdad, a la habitación donde el cámara perdió la vida, al puente desde donde le dispararon. Y todo ello a pesar de los inconvenientes que va encontrándose por el camino.

La fiscalía no lo entiende –que coño va a entender la fiscalía, si fue ella quien intentó esconder el problema bajo la alfombra – y dice que ve Ilegal que el Juez se desplace a Bagdad. A pesar de que el gobierno de Iraq autorizó formalmente la visita del Juez para investigar la muerte de Couso, una vez allí se encontró con la desagradable situación de que el ejercito iraquí le dificultaba poder realizar su trabajo, cuando han llegado al puente Aljumiraya, le han impedido llegar al punto exacto desde el que se produjeron los disparos al hotel Palestina, el juez ha tenido que quedarse 20 metros antes del punto exacto y sacar desde allí las fotos que necesitaba para su investigación.

Pedraz es un juez con un par, los tiene bien puestos, le da lo mismo que la fiscalía diga que no es legal, le importa poco que la fiscalía decida no desplazarse a Bagdad con él. Sabe que va a territorio peligroso, que las cosas no serán fáciles allí, pero también sabe que hace ocho años eran aun peores y que los profesionales de la comunicación que ahora le acompañan estaban allí para dar puntual cuenta de lo que ocurría en una guerra en la que nunca deberíamos haber estado.

Igual no puede hacer nada, no puede procesar a los militares que acabaron con la vida del joven cámara, igual tiene que archivar el caso por falta de pruebas, de medios o de vaya usted a saber que. Pero si algo de eso ocurre nadie podrá decir que ha sido por falta de ganas de saber la verdad, que ha sido porque una vez más el juez ha pasado de todo. Esta vez no, esta vez el Juez ha dado un ejemplo que sus ilustres colegas deberían seguir, claro que eso le ha convertido en otro juez en el punto de mira, como ocurrió con su colega y predecesor Baltasar Garzón


domingo, 23 de enero de 2011

Okupas y propiedad privada

La Constitución Española reconoce, entre otros muchos, el derecho a la propiedad privada y el derecho a una vivienda digna. El problema surge cuando ambos derechos llegan a ser incompatibles, como ocurre para miles de personas en una sociedad en crisis y con el precio de la vivienda inasumible, incluso en alquiler.

Y es que no debería ser normal que en nuestro país haya casi tres millones de viviendas desocupadas, mientras tanta gente queda abocada a vivir en al calle, o hacinados en pisos que no pueden ni garantizar el espacio vital de sus ocupantes. No debería ser normal, pero lo es.

La solución que toman algunos parece lógica: ya que hay pisos vacíos, me meto en uno, y aguanto allí hasta que me echen. Y después ya veremos.

Cuando ocurre con ciudadanos particulares, pocos se enteran de la situación: como mucho, los vecinos, que lo aceptarán o no dependiendo de lo buenos vecinos que san. Después, llega la policía, los echa, y aquí no ha pasado nada.

Otra cuestión es cuando la ocupación se realiza por cuestiones políticas o sociales. Entonces ya cambia hasta el nombre, pasando a ser okupación. Suele ser realizada por jóvenes de izquierdas, llamados antisistema (sistema y antisistema son dos hermosas palabras que merecen un análisis independiente). Es normal, ya que los okupas tienen la convicción de que el derecho a la vivienda digna o al desarrollo de las personas están por encima de la propiedad privada.

Digo desarrollo de las personas, porque una de las vertientes de la ocupación es la toma de edificios públicos o privados abandonados, de gran tamaño, para usarlos como centro cultural autogestionado, como protesta ante la falta de espacios lúdicos en muchas zonas de las grandes ciudades.

Eso mismo ocurrió en Zaragoza, donde unos centenares de okupas decidieron tomar la antigua cárcel de Torrero, montando allí un centro cultural. Los vecinos, que habían reclamado darle precisamente ese uso al edificio, no pusieron objeciones, se mostraban encantados con la decisión tomada por los jóvenes. Y como centro cultural para el barro funcionó durante unos meses.

Pero, por supuesto, el Ayuntamiento quiere mantener el control de un edificio con alto valor histórico y arquitectónico, aunque no le de ningún uso y deje que se deteriore. Manda a la policía a desalojar el edificio, de madrugada, para que los vecinos no puedan protestar. Porque los vecinos quieren que se queden ahí.

Mirándolo bien, la situación tiene su punto tragicómico. La policía atacando una cárcel, para intentar sacar a unos jóvenes delincuentes de ella. Y estos jóvenes que se resisten, porque no quieren salir de la cárcel.

Esto ocurrió en Zaragoza hace unos días, pero ocurre todos los días en cualquier punto del país. Y es que es más importante la propiedad de algo que no vas a utilizar, que dar un buen uso a un edificio que su dueño no quiere utilizar.

Maravillas de la sociedad.



miércoles, 19 de enero de 2011

HABEMUS BEATO

Ya dije en su día que soy atea, me reafirmo en ello cada día que pasa. Me educaron en la que se supone es la panacea de todas las religiones, la católica. Las demás son radicales, son demasiado exaltadas. O eso nos venden, porque si analizamos al dedillo la católica vemos que a veces puede ser más radical que ninguna y en cuanto a soplapolleces se lleva la palma. Y digo todo eso sin ánimo de molestar a ningún creyente y si en lo escrito anteriormente o lo que pueda escribir a continuación molesto alguna sensibilidad, pido mil perdones.

Hace unos días leo sin poco asombro que en breve, allá por mayo, tendremos un nuevo beato. Y con carrera meteórica, oiga usted, que solo seis años después de su muerte, ya lo consigue. Y es que según cuentan el bueno de Juan Pablo II – si, él es el nuevo beato – consiguió curar de párkinson a una monja. No cuento la cara que se me quedó cuando lo leí, pero os podéis dar a la idea.
El caso es que días después oigo a la propia monja, Sor Marie Simon Pierre, explicar los hechos:
Según cuenta Sor Marie, después de muerto Juan Pablo II, su congregación empezó a dirigir sus oraciones a él para que la curara, nada más lejos de la realidad, su enfermedad se agravó y ella anunció que tenia que dejar de trabajar – lo hacía en una maternidad de Aix en Provence – Su superiora le pide entonces que escriba el nombre del difunto en un papel, pero ella es incapaz de hacerlo debido a su enfermedad, pero ella es tenaz y esa misma noche lo intenta de nuevo y consigue escribir unas palabras legibles y a la mañana siguiente los síntomas del párkinson habían desaparecido.

Los médicos la consideran curada de forma "inexplicable para la ciencia", lo que permite que la iglesia acepte que hubo una intercesión milagrosa de Juan Pablo II.
El milagro sufrió un parón en el mes de marzo del pasado 2010, cuando de los médicos externos consultados por el dicasterio sostuvo que no estaba suficientemente documentado. Lo que no entiendo es que luego si lo estuviera, vamos para mi sigue siendo un expediente X.

Si ese es el milagro que lo encumbra a los altares, si eso es cierto que coño hacen tantos enfermos de párkinson que no empiezan a creer ciegamente en el difunto pontífice y empapelan el mundo con su nombre?
Que hacen los neurólogos que no recetan escribir en un papel tres palabras?

De verdad hay alguien que aun cree en esos milagros? Yo entiendo que la gente crea en una religión - bueno entenderlo no, pero aceptarlo si, que allá cada uno – que se pueda ser más o menos devoto, pero de ahí a creer en que los milagros existen... como que hay un mundo o dos si me apuráis.

Más me parece una manera de lavar la maltrecha imagen de un Papa de quien se dice sabia y ordeno tapar y dejar impunes los crímenes cometidos por Marcial Marcel –fundador de los legionarios de Cristo, pederasta y mujeriego empedernido además de plagiador, vamos una joyita.

Lo dicho, cada día me reafirmo más en mi ateísmo.

domingo, 16 de enero de 2011

¿Y si no jugamos?

En un blog como este, elegir un tema del cual hablar te hace perder la mitad de lectores (a la mitad de la gente no le interesa lo que vas a decir). Da igual que hables de política, de economía, del corazón o, como voy a hacer ahora, de fútbol.

Hoy es domingo, hay partidos de liga, igual que hubo ayer sábado y habrá mañana lunes (antes al menos nos librábamos lunes y viernes, ahora, ni eso).

La liga española no es lo que era hace apenas unos años. Antes había dos equipos principales (el Real Madrid y el F.C. Barcelona), cuatro o cinco más que podían dar la sorpresa (algunos fijos, otros cambiaban cada año), y el resto, jugaban por premios menores, a tener una temporada tranquila o a intentar salvarse del descenso. Pero desde la llegada de la televisión de pago, los partidos a la carta y los derechos televisivos, que dan mucho dinero a los más grandes y las migajas al resto, la diferencia entre los dos grandes y el resto se ha acrecentado.

El resultado es una competición demasiado previsible. La liga se decide en los enfrentamientos directos entre los dos más grandes, y cuando éstos juegan contra los demás equipos… las posibilidades de no ganar son realmente bajas, casi inexistentes. La única duda que queda es la diferencia de goles con que acabará el partido.

Ante esto poco se puede hacer. La diferencia de recursos disponibles entre los dos grandes y el resto es tan elevada, que es imposible competir en igualdad de condiciones. Y la diferencia se agranda más todavía cada año.

Tanta diferencia nos hace plantearnos una cosa: para los equipos pequeños ¿merece la pena realmente luchar por el partido? ¿Cómo sienta jugar con todo lo que tienes y encima salir goleado?

¿Y si decidimos no jugar? No hablo de no comparecer al partido, sino de reservar los jugadores importantes para los partidos en los que tengan posibilidades reales de ganar (y eso es cualquier partido menos contra Madrid o Barcelona).

Algunos dirán que es adulterar la competición. Nada más lejos de la realidad. Esos partidos están perdidos de antemano, generalmente de una manera clara. Si el equipo grande sufre, los árbitros se encargarán de ayudar.. Los dos equipos ya cuentan por victorias esos partidos, apenas habrá cambios en la clasificación general. Eso sí, el equipo que decida no luchar por el partido, ha de hacerlo contra los dos equipos.

Otros dirán que hay que luchar por cada punto, todos son importantes. Indudablemente eso es cierto, pero los jugadores importantes son más necesarios en los partidos donde la victoria es una posibilidad real. Si no luchan por la victoria saldrán goleados, si luchan por ella, seguramente saldrán goleados… y con algún jugador sancionado o lesionado. Jugador que será más necesario la semana siguiente. Reservar esos jugadores parece la mejor opción.

De este modo todos (equipos, televisiones, medios de comunicación en general), se darán cuenta que es importante tener una competición más equilibrada, para que todos, aficionados, equipos y los que ponen el dinero, salgan ganando.




jueves, 13 de enero de 2011

¿A Qué Jugamos?

La pregunta debería ser otra, más que ¿a qué jugamos? deberíamos preguntarnos ¿a qué coño juegan nuestros políticos? Y la respuesta me parece que en estos momentos es obvia: a volvernos locos y a desconcertarnos cada día un poco más. Así en general , todos hacen más o menos lo mismo, da igual si son de derecha, de izquierda de ultra derecha o ultra izquierda, cuando es cuestión de dejar pasmado al votante todos van a una como en Fuente Ovejuna.

No hace ni un mes que el nuevo Gobierno de la Generalitat de Catalunya tomó posesión de sus cargos. Como aquel que dice no han tenido tiempo ni de acostumbrarse a sus nuevos despachos, pero si que les ha dado tiempo, algunos, de pasar a la posteridad por soltar el mayor de los despropósitos.

EL Conseller de Salut, Boi Ruíz, ha hecho una recomendación a los catalanes. Está claro que él quiere lo mejor para el pueblo catalán y obviamente quiere trabajar para recortar el déficit de la sanidad catalana – a fin de cuentas es parte de su nuevo trabajo - así que ni corto ni perezoso nos recomienda hacernos de una mutua y pasarnos a la sanidad privada. Y lo peor de todo es que lo dice convencido.

Y ahora la pregunta de millón ¿si nos pasamos a la sanidad privada nuestras nóminas o recibos de autónomos, tendrán menos retención? porque claro si no voy a usar la sanidad pública ¿porque tengo que pagarla?, ya pago la privada, ¿no?
Pues me temo mucho que no, que pasara como hasta ahora, que si quieres sanidad privada la pagas, pero no por eso dejas de pagar la pública, que la pública es para todos, por mucho que nos recomienden no usarla, y su déficit debemos reducirlo entre todos los contribuyentes.
Así que tenemos una sanidad pública que pagamos religiosamente, pero que según el Conseller de Salut no debemos usar para no generar más gasto. Nos pasamos a la privada, pagamos la mutua – que de económicas tienen lo que yo de monja y todos podemos asumir el gasto sin más - y seguimos pagando la pública la cual no usamos para que pueda tener menos déficit.

Claro que la siguiente pregunta es: en el supuesto que todos los catalanes nos de por hacerle caso al Conseller ¿qué pasará con los médicos y el equipamiento de la pública? . Si ya se que eso es un imposible, pero antes de soltar según que barbaridades hay que usar la materia gris, que para algo la tenemos

Amén del despropósito del Conseller Ruíz, lo más preocupante es que nadie ha pensado en dimitirle, ni tan solo se oyen voces discordantes dentro del mismo partido.


El siguiente despropósito viene enmarcado en el ámbito de las próximas elecciones municipales y con individuos del mismo partido

Leo, sin mucho asombro, en Nació Digital que el alcalde de Vic, capital de la comarca donde vivo, recupera el discurso agresivo contra la inmigración.
El actual alcalde es de CiU y su mayor rival en los próximos comicios es Plataforma por Catalunya, un partido xenófobo donde los haya, actual segunda fuerza dentro del consistorio y que apunto estuvo de tener representación en el Parlament.

Así que lo que hay que hacer es “robarle” votantes a PxC y que mejor manera que hacerlo que copiarle el discurso. Con ese panorama vemos – ya digo que por mi parte sin mucho asombro, pero si con bastante miedo. – como el alcalde de Vic suelta una perla como:
“que no se puede pedir a los inmigrantes que se sientan de aquí (catalanes), sino que hay que obligarles”

El señor Vila d'Abadal, alcalde de Vic es además, en esta legislatura, diputado en el Parlament.
Hay que recordar que esa misma ciudad ya hizo un intento, fallido por suerte, de no dejar empadronar a los inmigrantes ilegales, con lo que ello conlleva de perdida de escolarización o prestaciones de sanidad y quien estaba detrás de tan descabellada medida era el mismo alcalde que ahora hace estas declaraciones.

Centrémonos pues, resulta que CiU, ese partido que tenía que ser el salvador de Catalunya – o eso nos vendían durante la campaña electoral – se nos muestra en algunos de sus integrantes activos – caso del citado alcalde - como un partido tan xenófobo como puede serlo el PP - sólo hay que recordar la intervención de su candidata a la presidencia de la Generalitat en Badalona con los rumanos – y casi a la par que el partido del señor Anglada (PxC). Genial! Acojona, acojona de verdad

Dicen que rectificar es de sabios, no se si es así o no, pero lo que si está claro es que yo rectifico lo que dije a pocos días de haberse celebrado las elecciones a la Generalitat. Por aquel entonces dije que la opción de CiU(que repito que no es la mía ni de lejos) me parecía la menos mala de las que podían salir. Ahora pienso que sino es la peor es una de las peores.


jueves, 6 de enero de 2011

Ligero de Cascos

Francisco Alvarez-Cascos era un peso pesado en el Parito Popular. Diputado y senador, llegó a ser secretario general del partido, y vicepresidente y ministro de Fomento en el gobierno de José María Aznar. Un pez gordo, vamos.

Como personaje importante en el partido, no sólo comulgaba con la ideología y las estrategias de su partido, sino que era parte activa en su definición.

Eso incluía en sus discursos todo tipo de críticas a los que tenían una idea de nación distinta a la española, sobre todos los nacionalistas catalanes y vascos, así como sus políticas, principalmente económicas, lingüísticas y educativas. Esos discursos no se caracterizaban precisamente por su suavidad, al contrario, siempre fue muy duro con los nacionalistas, incluso cuando su presidente sorprendió al mundo al afirmar que hablaba catalán en la intimidad. Llegaron a llamarle el Doberman de Aznar, por sus feroces ladridos.

Hasta ahí bien, correcto. Tiene unas ideas, está en un partido en el que esas ideas tienen cabida, y tiene una posición que le permite difundir sus ideas y las del partido.

Pero el tiempo pasa, el partido pasa a la oposición, cambia el líder y el nuevo presidente, Mariano Rajoy, prefiere tener sus propios colaboradores, para evitar un poder excesivo de Aznar en la sombra. Cascos abandona la dirección nacional para volver a su tierra natal, Asturias.

Que alguien con la historia de Cascos y su poder en el partido esté en una delegación autonómica es un problema. No es fácil controlarlo, aún tiene poder de convocatoria y lo que va a decir no siempre coincidirá con lo que quieren escuchar en Madrid. Durante años hubo tensiones, amenazas y acusaciones de insultos. Incluso en el comité nacional se plantearon su expulsión, que no se produjo seguramente porque es más seguro tener al enemigo cerca.

Esa tensión explotó en diciembre de 2010, cuando Cascos, que quería ser candidato al gobierno asturiano, se sintió desairado cuando eligieron como candidata a Isabel Pérez-Espinosa. Enfadado, abandonó el partido el día de año nuevo.

Hasta ahí, todo más o menos habitual. Lucha de poderes, presiones y dobles juegos, nada de eso es extraño en cualquier organización con poder. Tampoco es extraño que decida montar su propio partido.

Lo extraño es que el nuevo partido cambia radicalmente de discurso, y deja de abogar por la unidad nacional, para empezar a alabar el nacionalismo asturiano. Donde antes criticaba todo aquel que usaba la palabra nación refiriéndose a un territorio distinto a España, ahora habla de nación asturiana. Donde antes acusaba de egoístas a los que sólo hablaban de su tierra, sin pensar en el resto, ahora exige mayor representación de Asturias en el panorama nacional.

En resumen, una vez que abandona el partido popular, cambia radicalmente de discurso, para decir exactamente lo contrario a lo que decía hace tan solo unos meses.

Todos progresamos, avanzamos, vamos cambiando con los años y lo que creíamos en la juventud puede ser distinto a lo que creamos ahora. Es normal. Lo que no es habitual, o no debería serlo, es que una persona cambie tan radicalmente de forma de pensar en tan poco tiempo, sin que haya pasado nada que le obligue a replantearse sus creencias.

Y es que nos encontramos ante un líder que más que ligero de cascos, es ligero de ideas, que las cambia según sople el viento o sus necesidades.

martes, 4 de enero de 2011

AÑO NUEVO, MÁS DE LO MISMO EN TODO


El año nuevo nos ha traído muchas cosas nuevas: un gobierno, unos consejeros y consejerías, subidas de precio, salidas de pata de banco de los políticos. Todo parece nuevo, pero en realidad nada lo es. La mayoría de estas cosas son viejas.

Cada año, a principios no sea que perdiéramos tiempo, suben los precios de los servicios básicos: luz, gas, butano, transporte ... No es nuevo, siempre es el mismo. Protestamos mucho pero no cambiamos nada, siempre acabamos por aceptar que nos puteen. Era en tiempos de nuestros abuelos que cuando subían el precio del tranvía hacían una huelga, ahora tan sólo protestamos unos días, después nada.

Nuevo gobierno, viejos hechos.
El nuevo gobierno catalán nació casi con el año, pocos días antes. Tampoco hay grandes cosas nuevas, siempre es más de lo mismo. Caras nuevas que ubicar en los lugares que han dejado sus predecesores, aprender los nuevos nombres, los nuevos cargos para que cuando los sepamos y no los confundamos los puedan cambiar a placer.

Si en campaña necesitaban conseguir votos y eso pasaba por decir que éramos de color verde, pues nada éramos de color verde. Ahora necesitamos que nos apoyen, y eso pasa por ser de color rosa, pues hecho, de color rosa que somos.
Durante la campaña política vimos como Mas jugaba al escondite con el hecho de ser nacionalista o dejar de serlo, como flirteaba con el hecho de estar o no de acuerdo con el referéndum por la independencia. Nunca dijo un SI claro, pero tampoco un NO contundente. Es más parecía que el SI, en los dos temas, era su opción más clara. Era cuestión de ganar los votos de los nacionalistas e independentistas descontentos con ERC.
Ahora lo que necesita es el apoyo del PP o del PSC para poder gobernar, es por eso que su discurso cambia radicalmente y ya dice que no será en estos cuatro años (los próximos cuatro no sabe si será él el Presidente) que se convocará el referéndum sobre la independencia, y tiene razón hay cosas mas importantes que solucionar, pero todos sabemos que el verdadero motivo no es precisamente este.
Es más de lo mismo. Todos lo hacen, que nos hacía pensar que Mas era diferente?

Dónde dije España, digo Asturias
En España se acercan las elecciones autonómicas en muchas de las comunidades. Es hora de empezar a pensar en quien representará a cada partido y eso tiene tela, tela marinera. El que fuera ministro de fomento en época de Aznar, quiere ser el cabeza de lista por Asturias, pero su partido se lo dice que no, él se enfada y deja el partido. Al PP ya le va bien que Álvarez Cascos abandone el barco.
Cascos tiene un ataque de ... vaya usted a saber que y dice que Asturias es un País que tiene que tener un peso más específico en España. Cojones, Cascos se ha vuelto nacionalista? donde se aquel discurso patético de que los nacionalismos son el cáncer de España?
Más de lo mismo, donde dije digo, digo Diego porque es lo que ahora me interesa a mí.

Y siempre es lo mismo, cambiamos de año, de década o quizás de siglo, pero a la hora de la verdad lo único que cambia es el número del año en el que vivimos, el resto siempre es igual o muy parecido