domingo, 30 de enero de 2011

Pedraz: un Juez que cumple con su trabajo

Hace ya ocho años que termino esa guerra en la que nunca debimos vernos involucrados, pero a la que, gracias a los delirios de tres Presidentes, acudimos. En toda guerra se producen bajas, en todo conflicto armado mueren inocentes, es ley ¿de vida? más bien de guerra.
Nunca he entendido - me niego hacerlo ya que para mi es un sinsentido enorme – lo del fuego amigo. ¿Amigo de quien? de nadie.

En toda guerra hay desplazados periodistas que nos mantienen informados de lo que allí ocurre, es la única manera de sacar algo en claro, de saber que pasa y porque pasa. Y siempre hay alguno que pierde la vida en el ejercicio de su profesión. O bien porque van empotrados, caso de Anguita en el conflicto de Iraq, y los mata el fuego enemigo (repito que para mi no hay fuego amigo, todo fuego es enemigo de la vida) o bien porque nos dicen que el fuego amigo erró el tiro, caso del cámara José Couso.

La muerte de Couso levantó polvareda desde el mismo momento en que se produjo, desde el mismo instante que vimos a su compañero, Jon Sistiaga, explicar como habían acontecido los hechos. Su familia, su compañero, sus amigos no han cesado en el empeño de esclarecer las causas de esa muerte. Muerte que se produce cuando las fuerzas americanas entran en Bagdad, como elefante en cacharrería, y disparan contra el hotel Palestina, lugar donde se hallaba toda la prensa internacional, pensando –dicen y se supone debemos creerles, que lo hagamos o no es otra historia que va a conciencia de cada uno – que eran francotiradores.

A finales de noviembre, el País a través de los documentos de la Wikileaks nos demuestra como EE.UU. juntamente con el gobierno español trabajaban para poder cerrar el caso Couso.
Pero este es un país que a veces tiene golpes escondidos y jueces que saben estar a la altura de las circunstancias, por mucho que después paguen caro el hacer bien su trabajo e involucrarse en él, ¿recordamos a Garzón y sus circunstancias?, más vale que lo hagamos ya que hay otro juez, de la Audiencia Nacional, que puede convertirse en un “juez incómodo” y no es otro que Santiago Pedraz, sucesor de Garzón.

El magistrado se ha dado cuenta que desde su sillón de la audiencia Nacional es casi imposible esclarecer los hechos, no puede ver si la muerte de Couso fue un asesinato en toda regla o solo fue un error. Pedraz se mueve, levanta el culo del mullido sillón de su despacho y se va a Bagdad, a la habitación donde el cámara perdió la vida, al puente desde donde le dispararon. Y todo ello a pesar de los inconvenientes que va encontrándose por el camino.

La fiscalía no lo entiende –que coño va a entender la fiscalía, si fue ella quien intentó esconder el problema bajo la alfombra – y dice que ve Ilegal que el Juez se desplace a Bagdad. A pesar de que el gobierno de Iraq autorizó formalmente la visita del Juez para investigar la muerte de Couso, una vez allí se encontró con la desagradable situación de que el ejercito iraquí le dificultaba poder realizar su trabajo, cuando han llegado al puente Aljumiraya, le han impedido llegar al punto exacto desde el que se produjeron los disparos al hotel Palestina, el juez ha tenido que quedarse 20 metros antes del punto exacto y sacar desde allí las fotos que necesitaba para su investigación.

Pedraz es un juez con un par, los tiene bien puestos, le da lo mismo que la fiscalía diga que no es legal, le importa poco que la fiscalía decida no desplazarse a Bagdad con él. Sabe que va a territorio peligroso, que las cosas no serán fáciles allí, pero también sabe que hace ocho años eran aun peores y que los profesionales de la comunicación que ahora le acompañan estaban allí para dar puntual cuenta de lo que ocurría en una guerra en la que nunca deberíamos haber estado.

Igual no puede hacer nada, no puede procesar a los militares que acabaron con la vida del joven cámara, igual tiene que archivar el caso por falta de pruebas, de medios o de vaya usted a saber que. Pero si algo de eso ocurre nadie podrá decir que ha sido por falta de ganas de saber la verdad, que ha sido porque una vez más el juez ha pasado de todo. Esta vez no, esta vez el Juez ha dado un ejemplo que sus ilustres colegas deberían seguir, claro que eso le ha convertido en otro juez en el punto de mira, como ocurrió con su colega y predecesor Baltasar Garzón


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